NEUROCRIMINOLOGÍA Y DELINCUENCIA VIAL
El Siglo XXI es considerado el "Siglo del Cerebro", ya que los avances de las NEUROCIENCIAS han aumentado considerablemente el conocimiento de los mecanismos neurobiológicos que subyacen al comportamiento. Vicente Garrido define la Neurociencia como "la ciencia que estudia cómo la estructura y funcionamiento del cerebro influye en el comportamiento del ser humano"[1]. Vinculándose en el estudio del cerebro de forma integradora con las humanidades y la psicologá, y relaciona las ciencias sociales, la ética y las políticas públicas, estudiando no solo la responsablilidad personal, el libre albedrío y la toma de decisiones, sino todo el campo de los trastornos mentales en un sentido amplio (Kandel, 2013). Y en la Criminología no podía ser menos y ha surgido un avance científico con la aplicación de las neurociencias, la Neurocriminología.
El término fue introducido por JAMES HILBORN y asentado por ADRIAN RAINE, uno de los primeros científicos que desarrollaron estudios de neuro-imagen en criminales violentos.
Las investigaciones científicas han puesto de manifiesto la existencia de una base neurobiológica en la aparición y el desarrollo de la violencia, por lo que existe un interés creciente por parte del sistema judicial de aplicar los conocimientos derivados de las neurociencias a la regulación legislativa penal.
LA NEUROCRIMINOLOGÍA:
- PERSIGUE aplicar la metodología y las
técnicas de estudio de las neurociencias para comprender, predecir, tratar e
incluso prevenir la delincuencia y la criminalidad.
- SE OCUPA de explicar qué ocurre en el cerebro violento y qué alteraciones
biológicas pueden producirse en el organismo para que una persona llegue a
comportarse de forma violenta.
- ANALIZAR: si factores biológicos concretos
podrían ser predictores de la violencia, la delincuencia y la criminalidad.
La
Neurocriminología presenta una
innovadora perspectiva biopsicosocial
del origen de la violencia, y está demostrado que los delitos contra la
seguridad vial tienen un matiz característico de agresividad en la conducción,
llegando a la violencia vial, como la realización de conductas temerarias,
velocidad excesiva, comportamientos antisociales en las vías, etc.
¿Qué aspectos biológicos causan la agresividad?
- Hormonas: la testosterona es más alta en criminales violentos, aunque se desconoce si es causa o consecuencia.
- Cerebro: el impulso agresivo viene de la amígdala, el hipocampo, el tálamo y el cerebro medio y ha de ser controlado por el córtex prefrontal.
- Neurotransmisores: la serotonina. Si tiene un índice alto se reduce el deseo de comida, agua, sexo, drogas o agresividad
- Herencia genética: explica el 50% de la conducta agresiva.
Se extiende tanto:
- al diagnóstico como a la intervención,
- la prevención de la violencia
- y al cálculo de la probabilidad de reincidencia.
A mayor número de factores relacionados con la
violencia o factores de predisposición-vulnerabilidad (alteraciones en
circuitos neurales, bajo cortisol y serotonina, alta testosterona, etc.), mayor
probabilidad de desarrollar la misma.
Mientras que el desarrollo de factores
protectores como el trabajo en empatía, las técnicas de control de impulsos, la
intervención sobre los déficits cognitivos, etc., disminuiría la incidencia de
actos violentos.
La relación
entre estos factores y la violencia no es estática sino que sería cambiante en
función de la situación y del periodo en el que se encuentra cada individuo.
Es fundamental el estudio en este campo para poder en práctica modelos de prevención individualizados de los delincuentes viales, para intentar lograr su resocialización vial.